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23 diciembre 2024
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En Nueva Zelanda hay buenas noticias: es de esperar que se investigue el potencial de la psilocibina para la adicción a la metanfetamina. El pueblo maorí en particular está plagado de adicción a esta droga. Aunque existen planes para el estudio, todavía hay algunos inconvenientes para ponerlo en marcha, pero los investigadores tienen esperanzas.
Nueva Zelanda también está viendo cada vez más el potencial de los hongos ps ilocibios para la adicción, así que también para la adicción a la metanfetamina. Pero, por desgracia, la sustancia también sigue siendo ilegal allí y es una droga de clase A contemplada en la Ley sobre el Uso Indebido de Drogas. Pero recientemente, el director general del Ministerio de Sanidad de Nueva Zelanda dio permiso para cultivar setas de psilocibina destinadas a la investigación. Se trata de Psilocybe Weraroa, una seta mágica que sólo se encuentra en Nueva Zelanda.
La licencia de investigación se ha concedido a Rua Bioscience, una empresa biofarmacéutica con sede en Tairāwhiti. Los planes de investigación son la base de una colaboración entre distintas organizaciones, con el objetivo de ayudar a los adictos a las metanfetaminas. No sólo colabora esta empresa, sino también practicantes tradicionales de la medicina maorí, la organización Environmental Science and Research (ESR), las universidades de Auckland y Waikato, Manaaki Whenua Landcare Research, Mātai Medical Research Institute, profesionales sanitarios de las iwi (que trabajan con los maoríes según principios holísticos) y otras partes interesadas.
Los planes son un gran paso adelante para combatir la adicción a la metanfetamina. En Nueva Zelanda, el consumo de metanfetamina es un problema enorme, especialmente entre la población maorí. Se espera que la colaboración única entre empresas y curanderos tradicionales contribuya al éxito de los planes. El director de Rua Bioscience, Paul Naske, piensa que la combinación de la investigación médica y los conocimientos y experiencia de los practicantes tradicionales de rongoā, en particular, puede dar lugar a nuevos conocimientos sobre las técnicas de cultivo, así como el hecho de que la investigación tenga lugar en un entorno seguro en el que cada cultura tiene su lugar.
El problema de la metanfetamina está especialmente extendido en la costa este de Nueva Zelanda. Las investigaciones sobre aguas residuales muestran que Northland tiene el mayor consumo de metanfetamina per cápita, seguida de Waikato. Los maoríes consumen metanfetamina con mucha más frecuencia que los no maoríes. También tienen más probabilidades de ser criminalizados por ello.
A menudo pensamos en Nueva Zelanda como un paraíso, escasamente poblado y con altas montañas que nos resultan familiares por las películas de El Señor de los Anillos. Pero, por supuesto, sigue siendo un país colonizado. El pueblo originario, los maoríes, llegaron a Nueva Zelanda hacia el año 1250 d.C. Eran de la Polinesia. Fue Abel Tasman, de Groninga, quien descubrió Nueva Zelanda en 1642 y le dio el nombre de la provincia de Zelanda. Aunque se descubrió entonces, pasaron varios cientos de años más antes de que el país se convirtiera en colonia de Inglaterra, en 1840. Los maoríes reconocieron la soberanía británica y se les concedieron los mismos derechos que a los británicos. Sin embargo, surgieron muchos conflictos en torno al uso de la tierra. La población británica creció entonces rápidamente.
Los maoríes siguen sufriendo mucha discriminación y racismo hoy en día. Esto les provoca problemas de salud mental, suelen tener peor salud física y todo ello fomenta las adicciones.
Sin duda, los maoríes también conocen las setas mágicas. Llevaban siglos utilizando la Psilocybe Weraroa indígena por sus propiedades medicinales. Ellos también están convencidos de que estos hongos pueden ayudar a romper patrones estancados.
Sin embargo, los avances en el establecimiento de investigaciones sobre el potencial de la psilocibina en la adicción a la metanfetamina han sido lentos. La licencia concedida es por ahora sólo para la investigación sobre el cultivo de setas mágicas. Si se van a realizar ensayos clínicos, esto requiere un consentimiento adicional. El objetivo de esta primera fase de cultivo es determinar los niveles de psilocibina en los hongos y su consistencia. Esto ayudará a una dosificación precisa cuando se investigue en pacientes humanos.
Pero hay esperanza. A estas alturas, mucha gente está convencida del poder de los psicodélicos, como la psilocibina y el LSD. Es posible que estas sustancias puedan favorecer la plasticidad cerebral, permitiendo que se establezcan nuevas conexiones entre distintas zonas del cerebro. En consecuencia, los psicodélicos pueden ser útiles para trastornos mentales como la depresión, los traumas y la adicción.
Psicodélicos y plasticidad cerebral
Investigación sobre la psilocibina para la adicción (Nueva Zelanda)
En Nueva Zelanda ya se está investigando al respecto. Se está realizando un estudio en la Universidad de Auckland (ahora están en la segunda fase de los ensayos clínicos) sobre la microdosificación de LSD para la depresión. Se basaba en conclusiones anteriores de investigaciones en las que personas que tomaron microdosis de LSD durante seis semanas informaron de mejoras en su estado de ánimo, energía, creatividad y sensación de conexión. No se notificaron problemas en cuanto a la seguridad del fármaco.
Investigación sobre la microdosificación de LSD
También se han realizado varios estudios en todo el mundo sobre la eficacia de la psilocibina en problemas de salud, como la adicción a los opiáceos, el TEPT, los trastornos alimentarios y el abuso del alcohol. También en Australia ha aumentado el interés por los psicodélicos en entornos terapéuticos durante varias décadas. Allí, los psiquiatras pueden recetar MDMA para el trastorno de estrés postraumático y psilocibina para la depresión grave. En los últimos años, el gobierno australiano ha invertido más de 16 millones de dólares en siete ensayos clínicos sobre el potencial de la psilocibina, la MDMA, la DMT y el CBD como tratamiento de las enfermedades mentales.
En Nueva Zelanda son algo más conservadores y no parece probable que fomenten este tipo de estudios a tal escala. Pero el Consejo de Investigación Sanitaria de Nueva Zelanda ha apoyado de forma independiente este tipo de investigaciones, como el estudio sobre la psilocibina en la adicción a la metanfetamina. El Consejo ha asignado provisionalmente 300.000 dólares, durante los próximos 18 meses, al programa de investigación. Aquí, en Holanda, puedes cultivar tus propias setas en casa. Echa un vistazo a nuestros kits de cultivo de All in One, Fresh Mushrooms y Mystic Fungi.
La información de este artículo sólo tiene fines informativos y educativos. Aunque hacemos todo lo posible por proporcionar información precisa y actualizada, este artículo no puede sustituir al asesoramiento profesional médico, jurídico o de otro tipo.
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